miércoles, 17 de septiembre de 2008

Coctel de Reiki y vacaciones

Hace casi un mes regresé al trabajo después de unas cortas vacaciones de apenas dos semanas, las cuales aproveché también para dedicar mas tiempo a las prácticas de reiki. Estoy sorprendida del cambio que produce el reiki en mi vida día a día. Lo que mas me emociona y satisface es haber logrado en este corto tiempo un cambio profundo de actitud frente a todo y todos, que me ha llevado a superar las situaciones de estrés que hace poco mas de un mes eran tan cotidianas e insoportables para mi. La combinación de descanso, vacaciones y reiki tiene efectos mágicos.

Trabajé mucho en "solo por hoy no te preocupes y solo por hoy no te enojes". Casi todos los días en las mañanas aprovechando la tranquilidad y soledad de mi hogar, me sentaba un rato y me conectaba con ese universo silencioso y armónico que se extiende hacia el interior de uno, con la energía vital. Algunas veces alcanzo a alejarme lo suficiente del mundo de las cosas, entonces los pensamientos, preocupaciones, ruidos, deberes, quedan flotando por allí, perdidos y ajenos. Nada importa, todo lo que hay es un universo infinito de paz, del cual no provoca regresar. Algunos días ese estado de serenidad se queda dentro de mi por mas tiempo y me acompaña en el comienzo de la jornada diaria. Cuando aparece alguna preocupación o inconveniente, una especie de voz interior me repite ... solo por hoy, solo por este momento, déjalo ir...

Fueron muy oportunas estas vacaciones que me permitieron estar conmigo misma y experimentar la energía Reiki. Sabía que el descanso me haría falta pues el trabajo hasta finales del año se intensificaba y requería mucha energía. En efecto, desde que llegué no hemos parado de trabajar en situaciones complejas y de altos niveles de estres e incertidumbre. He tenido menos tiempo para practicar Reiki pero casi siempre le dedico unos minutos en las mañanas, aunque tenga que levantarme mas temprano, porque me proporciona energía, sabiduría y armonía para todo el día. Es el desayuno del espíritu.

¿El estrés? Bien, gracias ¡desapareció casi por completo! Solo permanece el que es estrictamente necesario para impulsar la acción. Empiezo a sospechar que el estrés y otras emociones similares como la ansiedad, la angustia, la inquietud, provienen de mi misma, no de la realidad exterior. Son producto de una actitud hacia la vida. En la medida en que menos me preocupo, en la medida en que me voy dando cuenta de que lo que necesito aparece y que lo que sucede no es bueno ni malo en si mismo, sino que simplemente es lo que tiene que ser; todas las cosas como por arte de magia se van resolviendo prácticamente solas, la vida comienza a adquirir un sentido nuevo y diferente. Se vuelve justamente vida para vivirla.