domingo, 20 de julio de 2008

Escuchando mi cuerpo

Fue una experiencia muy profunda. Como estar soñando y a la vez despierta. Sentí, mas que escuchar, en dos o tres oportunidades mi nombre, no podría decir si lo pronunciaban otras persona o venía de mi misma. Comencé por mis pies y seguí hasta mi muslo izquierdo, allí me detuve en una pequeña cicatriz producto de una pequeña incisión médica para extraerme una aguja de coser que me enterré accidentalmente cuando tenía unos doce años. Obviamente es mi cuerpo y creí que era fácil conocerlo. Pero entonces me di cuenta que había olvidado la fractura de un huesecito del pies hace unos pocos años y las frecuentes torceduras de tobillo de tiempos mas lejanos. Me sorprendió que las hubiera olvidado ¡y caramba todas tenían que ver con las piernas!. Vinieron a mi memoria las circunstancias en que se habían producido todos estos "accidentes" y su relación con procesos emocionales internos (conflictos entre mis padres, insatisfacción con mi trabajo, miedo, relaciones amorosas que comenzaban). Coincide perfectamente con lo que plantea Luisa Hay en su libro Como sanar tu cuerpo. Esta experiencia me permitió aprender algo sobre mi misma, algo que sería difícil explicar con palabras, que viene de mi interior y que es muy importante y positivo para avanzar en este camino espiritual.
Luego vino un recorrido bastante fluido desde las piernas hasta el cuello, pero al llegar a la espalda no podía proseguir, era como si una fuerza invisible me detuviera. Intenté escuchar, creo que allí fue donde escuché mi nombre, la columna vertebral es hermosa, sin embargo los músculos a los lados estaban duros, tensos. Intenté seguir hacia la cabeza pero perdía la concentración y me sentía cansada. Se me ocurre ahora que quizás los músculos de mi espalda requerían mi atención y por eso se me hacía difícil seguir. Sentía además una especie de hormigueo escalofriado en todo el cuerpo. Cuando abrí los ojos me sentí muy descansada, muy relajada, con renovadas energías, como si hubiera dormido largo rato. Y me dí cuenta que sentía un poco de frio, algo bastante natural en esta mañana de domingo nublado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola marìa, estoy leyendo tus experiencias del blog, me parece maravilloso que con el ejercicio de escuchar tu cuerpo hayas logrado estas experiencias por que la verdad es un ejercicio muy complejo aunque parezca facil por que como uno bien dice es mi cuerpo y yo lo conozco a la perfecciòn pero resulta que solo asì uno se da cuenta que tu cuerpo te habla se comunica contigo y que normalmente no le ponemos atenciòn a menos que se manifieste demasiado en la forma como el sabe produciendo dolor fisico. Yo particularmente por experiencias en mi vida me ha tocado hacer esto anteriormente y te puedo decir que cuando tu cuerpo esta en armonia se siente diferente y esta es la mejor manera de empezar a quererse uno màs por que muchas veces nos preocupamos como nos vemos ante el espejo o como nos vean los demàs pero no estamos pendientes de como nuestro cuerpo por dentro se sentira. este ejercicio debe hacerse lo màs seguido posible para asi de esta manera ir limpiando e ir purificando nuetras celulas desde adentro.
muchos saludos
ana julia