domingo, 3 de agosto de 2008

poema de Gioconda Belli

Mitos

Lo que nadie nos dijo fue que cuando Eva,
avergonzada de su desnudez,
dejó atrás las puertas del paraíso
se encontró con un niño
que le ofreció un manojo de candelas romanas.

En la primera noche sin inocencia
ella las encendió una tras otra.
Viendo chisporrotear la luz
comprendió el sentido de la existencia:

Arder.
Iluminar la oscuridad.
Gioconda Belli. "Fuego soy, apartado y espada puesta lejos". Anamá Ediciones, 2007

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